viernes, 20 de febrero de 2009

Gengis Kan

Gengis Kan

Hombre más poderoso del siglo XIII y su influencia perdura aún en nuestros días, lo que le hizo merecer, según el prestigioso diario norteamericano The Washington Post, la distinción de ser considerado el personaje más relevante del segundo milenio. Curiosamente, su verdadero nombre era Temujin, traducido como “forjador de acero fino”.

Gengis Kan, nombre por el que es conocido Timuyin (1167-1227), conquistador mongol, sus ejércitos nómadas crearon un vasto Imperio bajo su poder que se extendía desde China hasta Rusia. Nació cerca del lago Baikal (en la actual Rusia), hijo de Yesugei, jefe y dirigente mongol de una extensa región entre el río Amur y la Gran Muralla china. A la edad de trece años, Timuyin sucedió a su padre como jefe tribal. Su temprano reinado se vio marcado por las sucesivas revueltas de sus tribus y por una intensa lucha por mantener su liderazgo, pero el dirigente mongol mostró muy pronto su capacidad militar y no sólo conquistó a sus indisciplinados súbditos sino también a sus hostiles vecinos, asesinando despiadadamente a todos los que se le oponían. En 1206 Timuyin ya era el dueño de casi toda Mongolia. Ese mismo año, la asamblea de las tribus dominadas le proclamaron Gengis Kan (chêng-sze, en chino ‘guerrero valeroso’ en turco khān, ‘señor’), líder de las tribus mongoles y tártaras unidas, y la ciudad de Karakorum (Karakoram) fue designada como su capital.

Fue entonces cuando el kan inició la conquista de China, con el pretexto de buscar un lugar de pasto para sus caballos en los fértiles campos chinos. En 1208 ya había establecido un punto de apoyo dentro de la Gran Muralla, y en 1213 dirigió a sus ejércitos hacia el Sur y el Oeste y se adentró en el territorio dominado por la dinastía Jin (1122-1234), sin detenerse hasta alcanzar la península de Shandong. En 1215 sus ejércitos tomaron la ciudad de Yenking o Zhong-du (actual Pekín), la última fortaleza china al norte del país, y en 1218 la península coreana cayó en manos de los mongoles.

En 1219, en venganza por el asesinato de algunos comerciantes mongoles, Gengis Kan envió a sus ejércitos hacia el oeste, invadiendo Jwarizm, un extenso Imperio turco formado por los actuales países de Irak, Irán y parte del Turkestán occidental. Los mongoles arrasaron Turkestán y saquearon las ciudades de Bujara y Samarkand, adquiriendo con sus asesinatos fama de espantosa ferocidad. En lo que hoy en día es el norte de la India y Pakistán, los invasores conquistaron las ciudades de Peshawār y de Lahore así como sus territorios próximos. Al parecer, en aquellos años consejeros musulmanes habían enseñado a Gengis a apreciar el valor de las ciudades como fuentes de riqueza. En 1222 los mongoles entraron en lo que es en la actualidad Rusia y saquearon la región que se extendía entre los ríos Volga y Dniéper y desde el golfo Pérsico hasta casi el océano Ártico.
La grandeza del kan como líder militar no sólo se debió a sus conquistas sino también a la excelente organización, disciplina y maniobrabilidad de sus ejércitos. Además, el dirigente mongol fue un admirable hombre de Estado; su Imperio estaba tan bien organizado que, según se decía, los viajeros podían ir desde un extremo a otro de sus dominios sin ningún tipo de temor o peligro. Sin embargo, mostró un salvajismo sin límites hacia sus rivales y enemigos, y utilizó el asesinato como arma habitual en sus conquistas. A su muerte, ocurrida el 18 de agosto de 1227, el Imperio mongol quedó dividido entre sus tres hijos. Cuatro de sus nietos (especialmente Batu Kan y Kublai Kan) se convirtieron en grandes líderes mongoles por propio derecho. Las invasiones de Gengis Kan siguieron gozando de una gran importancia histórica mucho después de su muerte.


Fundación del imperio Gengis Kan

El primer desarrollo del Imperio mongol tuvo lugar en el siglo XIII. Durante una reunión de tribus en 1206, el poderoso conquistador, Timuyin fue proclamado dirigente universal con el título de Gengis Kan o Gran Kan. La ciudad de Karakoram (Karakorum) fue designada como capital. El ejército de Gengis, a pesar de no ser especialmente numeroso para su época, se distinguía por su magnífica caballería y sus expertos arqueros, la disciplina y el control de sus aristocráticos líderes y las peculiares tácticas y estrategias militares del kan. El vecino Imperio de China del norte y los estados de Asia central, militarmente débiles y fragmentados, se rindieron inevitablemente, como lo hizo la deteriorada sociedad turco-árabe de Oriente Próximo a las hordas mongoles que recorrían Asia. Todo lo cual constituyó una de las causas por las que el Imperio de Gengis pudo lograr un grado de centralización y un poder sin precedentes entre los primeros dominios de tribus de habla mongol. Gengis encabezaba el Imperio en virtud de un derecho divino que él mismo se había adjudicado, reconociéndolo como única autoridad superior a la suya, el Gran Yasa, un código imperial que él mismo redactó y que se convirtió en base permanente del gobierno mongol. El vasto Imperio de Gengis se extendía desde el mar de la China hasta el río Dniéper y desde el golfo Pérsico hasta el océano Glacial Ártico.


Tras la muerte de Gengis en 1227, su Imperio, de acuerdo con la costumbre tribal, fue dividido entre los hijos de su primera mujer y sus herederos. El kanato de Asia oriental era regido directamente por su tercer hijo, Ogoday, quien sucedió a Gengis como gran kan. El kanato estaba formado por lo que en la actualidad es la república de Mongolia, Dongbei Pingyuan (Manchuria), Corea, gran parte de China, el Tíbet y franjas septentrionales de Indochina.
Aunque a Ogoday le sucedieron su hijo y su nieto, el gran líder que heredó el kanato fue su sobrino, Mangu Kan. Junto a su hermano Kublai, Mangu Kan logró conquistar casi toda China.


Los ejércitos de Gengis Kan

Los mongoles eran un pueblo guerrero donde todos los hombres libres (pertenecientes a la aristocracia) se entrenaban para la guerra desde jóvenes y con una tradición de jinetes muy poderosa y muy antigua. Esto, unido a las reformas que introdujo Gengis Kan en la organización del ejército: división de éste en grupos de 10.000, 1.000, 100 y 10 hombres, el empleo de una importante red de mensajeros para enviar sus órdenes, el establecimiento de unos comisarios de logística para suministrar caballos de equipo, y la formación de su guardia personal (compuesta en gran parte por sus hijos y otros familiares) que tuvo un papel clave en toda la historia del Imperio mongol.

Gengis Kan realizó reformas en su ejército que le dieron muchas claves de la victoria militar, reforzó a límites nunca alcanzados en las estepas la disciplina y dividió sus ejércitos en unidades decimales. Gengis Kan introdujo una innovación al formar las unidades mezclando etnias y tribus, lo que obviamente mejoró los enlaces interna del ejército en los niveles más fundamentales.El ejército se componía casi exclusivamente de caballería y más tarde también dispondría de un cuerpo de ingenieros para realizar los asedios. El arco era el arma más efectiva y temida de los mongoles, era un arco pequeño -fácil de usar mientras se marchaba velozmente a caballo- y muy tensado, por lo que las flechas -que poseían en su parte posterior un dispositivo que con el aire emitía un silbido por el cual prácticamente sin ver el arquero mongol sabía la dirección hacia la que apuntaba- fuertemente impulsadas podían atravesar armaduras. Los soldados mongoles solían vestir de forma adecuada para soportar bajas temperaturas y solían ir equipados con todo aquello que les permitiese realizar grandes viajes sin hacer de sus monturas caballos de carga en lugar de animales de guerra.

La comida de campaña solía consistir en yogurt y kumis (leche de yegua fermentada, esto es: una bebida alcohólica) y una bolsa de mijo que duraba varios días.


La formación más habitual de los mongoles consistía en dos líneas de caballería pesada al frente y tres líneas de caballería ligera detrás; ésta se adelantaba y utilizaba sus arcos para después retirarse y dejar paso a la devastadora caballería pesada.

El caballo mongol, derivado del tarpán, era pequeño, muy bien adiestrado para la guerra (no olvidemos que se trata de pueblos nómadas con una larguísima tradición como criadores de ganado, incluidos los caballos). Podía alcanzar unos 15 km/h y los estribos (probablemente un invento chino) permitían al jinete disparar mientras se desplazaba a gran velocidad. El ejército mongol es máximo ejemplo de efectividad en el manejo y aprovechamiento del predecesor de la guerra mecanizada.

Otro aspecto muy importante en la organización militar de Gengis Kan son las comunicaciones, a las que el gran kan dedicó una atención especial. Construyó yans o puntos de posta para los mensajeros, con comida, bebida y caballos de repuesto. Gengis Kan jamás se embarcó en una campaña sin reunir toda la información que necesitase sobre su enemigo; era frecuente que los espías viajasen en las caravanas comerciales, o que se tuviera la información directamente de los comerciantes.
Un aspecto destacado de la figura de Gengis Kan es su utilización de la guerra psicológica y la de llevar a cabo un régimen de terror en muchos de los territorios conquistados. Los mongoles ejecutaron en algunos casos matanzas masivas entre la población de las ciudades conquistadas, y exhibían los resultados de éstas para probocar el pánico entre los habitantes de otros territorios.
Otra de las ventajas estratégicas fundamentales del ejército mongol es el desconocimiento que sus enemigos tenían de ellos, siendo así muy difícil para sus adversarios calcular su número. Se utilizaban estratagemas como montar muñecos en los caballos sobrantes, por ejemplo. Eso, unido a la gran movilidad de los ejércitos esteparios, ponía el factor sorpresa siempre de su lado.

jueves, 12 de febrero de 2009

LA INQUISICION

La Santa Inquisición

El término Inquisición (latín: Inquisitio Haereticae Pravitatis Sanctum Officium) hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia Católica. La Inquisición es una institución judicial creada por el pontificado en la edad media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía. En la Iglesia primitiva la pena habitual por herejía era la excomunión. Con el reconocimiento del cristianismo como religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes empezaron a ser considerados enemigos del Estado, sobre todo cuando habían provocado violencia y alteraciones del orden público.
La Inquisición fue creciendo gradualmente y adaptándose a los acontecimientos históricos que se dieron en Europa durante la Edad Media y el Renacimiento.

Orígenes

En el siglo XII, en respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produjo en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida de forma destacada contra la doctrina albigense. Los albigenses eran seguidores de la herejía más importante dentro de la Iglesia católica durante la edad media. Su nombre se lo deben al pueblo de Albi, en el sur de Francia, el centro más importante de este movimiento. La doctrina y práctica albigense parecían nocivas respecto al matrimonio y otras instituciones de la sociedad y, tras los más débiles esfuerzos de sus predecesores, el papa Inocencio III organizó una cruzada contra esta comunidad. Promulgó una legislación de castigo contra sus componentes y envió predicadores a la zona. Sin embargo, los diversos intentos destinados a someter la herejía no estuvieron bien coordinados y fueron inútiles.
La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos Excommunicamus del papa Gregorio IX. Con ellos el papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia, sometió a los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado, y estableció severos castigos. El cargo de inquisidor fue confiado casi en exclusiva a los franciscanos y a los dominicos, a causa de su mejor preparación teológica y su supuesto rechazo de las ambiciones mundanas. Al poner bajo dirección pontificia la persecución de los herejes, Gregorio IX actuaba en parte movido por el miedo a que Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano, tomara la iniciativa y la utilizara con objetivos políticos.
Dos inquisidores con la misma autoridad (nombrados directamente por el Papa) eran los responsables de cada tribunal, con la ayuda de asistentes, notarios, policía y asesores. Los inquisidores fueron figuras que disponían de imponentes potestades, porque podían excomulgar incluso a príncipes. En estas circunstancias sorprende que los inquisidores tuvieran fama de justos y misericordiosos entre sus contemporáneos. Sin embargo, algunos de ellos fueron acusados de crueldad y de otros abusos.

Procedimientos

Los inquisidores se establecían por un periodo definido de semanas o meses en alguna plaza central, desde donde publicaban órdenes solicitando que todo culpable de herejía se presentara por propia iniciativa. Los inquisidores podían comenzar un pleito contra cualquier persona sospechosa. A quienes se presentaban por propia voluntad y confesaban su herejía, se les imponía penas menores que a los que había que juzgar y condenar. Se concedía un periodo de gracia de un mes más o menos para realizar esta confesión espontánea; el verdadero proceso comenzaba después.
Si los inquisidores decidían procesar a una persona sospechosa de herejía, el superior eclesiástico del sospechoso publicaba el requerimiento judicial. La policía inquisitorial buscaba a aquellos que se negaban a obedecer los requerimientos, y no se les concedía derecho de asilo. Los acusados recibían una declaración de cargos contra ellos. Durante algunos años se ocultó el nombre de los acusadores, pero el papa Bonifacio VIII anulo esta práctica. Los acusados estaban obligados bajo juramento a responder de todos los cargos que existían contra ellos, convirtiéndose así en sus propios acusadores. El testimonio de dos testigos se consideraba por lo general prueba de culpabilidad.

Los inquisidores contaban con una especie de consejo, formado por clérigos y laicos, para que les ayudaran a dictar un veredicto. Se les permitió encarcelar testigos sobre los que recayera la sospecha de que estaban mintiendo. En 1252 el papa Inocencio IV, bajo la influencia del renacimiento del Derecho romano, autorizó la práctica de la tortura para extraer la verdad de los sospechosos.
Los castigos y sentencias para los que confesaban o eran declarados culpables se pronunciaban al mismo tiempo en una ceremonia pública al final de todo el proceso. Era el sermo generalis o auto de fe. Los castigos podían consistir en una peregrinación, un suplicio público, una multa o cargar con una cruz. Las dos lengüetas de tela roja cosidas en el exterior de la ropa señalaban a los que habían hecho falsas acusaciones. En los casos más graves las penas eran la privación de propiedades o el encarcelamiento. La pena más severa que los inquisidores podían imponer era la de prisión permanentemente. De esta forma la entrega por los inquisidores de un reo a las autoridades civiles, equivalía a solicitar la ejecución de esa persona.
Aunque en sus comienzos la Inquisición dedicó más atención a los albigenses y en menor grado a los valdenses (miembros de un grupo cristiano surgido a partir de un movimiento que se oponía a la autoridad eclesiástica), sus actividades se ampliaron a otros grupos heterodoxos, como la Hermandad, y más tarde a los llamados brujas y adivinos. Una vez que los albigenses estuvieron bajo control, la actividad de la Inquisición disminuyó, y a finales del siglo XIV y durante el siglo XV se supo poco de ella. Sin embargo, a finales de la edad media los príncipes utilizaron modelos represivos que respondían a los de la Inquisición.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Jesucristo Vida y Simbologia.

Biografía

Entre el 8 y el 4 a.C. y el 29 d.C., figura principal del cristianismo, que nació en Belén, Judea. Desde el siglo VI se considera que la era cristiana comienza el año de su nacimiento. Para los cristianos, Jesús fue el Hijo de Dios encarnado y concebido por María, la mujer de José, un carpintero de Nazaret. El nombre de Jesús se deriva de la palabra hebrea Joshua, que completa es Yehoshuah (‘Yahvé es salvación’); y el título de Cristo, de la palabra griega christos, a su vez una traducción del hebreo mashiaj (‘el ungido’), o Mesías. Los primeros cristianos emplearon Cristo por considerarle el libertador prometido de Israel; más adelante, la Iglesia lo incorporó a su nombre para designarle como redentor de toda la humanidad.


Vivió humildemente en Nazaret hasta pasados los 30 años de edad; luego, bautizado por Juan, emprendió la predicación. Secundado por los apóstoles en su ministerio. Con lenguaje enérgico, alusivo y atrayente, empleando frecuentes parábolas. Llegando a Jerusalén a celebrar la Pascua, fue apresado y declarado culpable por haberse considerado hijo de Dios, fue llevado ante Pilatos, quien autorizó su crucifixión. A los tres días resucitó.
Las principales fuentes de información sobre su vida se encuentran en los Evangelios, escritos en la segunda mitad del siglo I para facilitar la difusión del cristianismo por todo el mundo antiguo.

Simbología de Jesucristo

La representación de ideas abstractas mediante símbolos es de origen oriental. A lo largo de la historia, la fe ha estado ligada a una serie de símbolos significativos. En las sociedades primitivas, los símbolos y los tótem sirven para expresar las cualidades esenciales de la fe. En el origen del cristianismo, Cristo fue representado con forma humana, pero aún se trataba sólo de símbolos. El pez y el cordero concuerdan con el Cristo Pescador de almas y el Buen Pastor, de manera que Jesús, así como es la viña y el viñador al mismo tiempo, también puede ser simultáneamente, el pez, el pescador, el cordero y el pastor. El cordero es el animal que simboliza a Jesús, su bondad, su entrega, su abandono y su humildad. Jesús aceptó la muerte en la Cruz

"como cordero que es llevado al matadero" (Palabras del profeta Isaías, recogidas en el Antiguo Testamento, 53, 7).
Algunos símbolos se derivan de la mitología antigua. En la tradición cristiana primitiva adoptaba el ave fénix como símbolo a la vez de la inmortalidad y la resurrección. De igual manera el pelicano y el pavo real son utilizados para representar a Jesucristo.
La imagen del pavo real se emplea en el arte cristiano como símbolo de la Resurrección de Cristo, porque en primavera, tiempo que coincide con la Pascua, ese ave cambia totalmente de plumaje. No se le suele representar cuando exhibe su plumaje, imagen que sugiere vanidad y soberbia, que están en contra de la caridad y la humildad del mensaje de Jesús. Se pueden ver mosaicos del siglo IV con esta figura, entre vides, en la iglesia de Santa Constancia, en Roma.
El pelícano es el símbolo de la Eucaristía y de la entrega de Jesús. Recoge la creencia de que este animal alimentaba sus crías con su propia sangre, que extraía de su pecho con el pico.
La paloma es otra ave que simboliza el Espíritu Santo, Tercera Persona de la Trinidad, Amor del Padre y el Hijo. Bajo esta forma apareció durante el bautismo de Jesús en el río Jordán. También significa la inocencia y la pureza necesaria para conocer y amar verdaderamente a Cristo. Se encuentran símbolos de palomas en muchos lugares, por ejemplo en Rávena, en la iglesia de san Vital.
El número tres se cree que es de gran significado como la sagrada trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El triángulo como símbolo de equilibrio y complementariedad. Los tres clavos de Cristo. Las tres virtudes: Fé, Esperanza y Caridad. Las tres negaciones de San Pedro. Las tres veces que Cristo llama a su padre.

La Cruz

Símbolo sagrado de la fe cristiana, formado por dos maderos, horizontal el uno y vertical el otro. En los tiempos precristianos, la cruz era un instrumento de tortura que se aplicaba a los criminales del más bajo linaje, quienes eran atados con sogas a los extremos de la cruz y dejados al aire libre, para que murieran de hambre y sed. A veces se solía maltratar con azotes al criminal, quien debía cargar con la cruz hasta el lugar de la ejecución. Este castigo unido a torturas físicas y espirituales, fue aplicado a Jesucristo hace casi veinte siglos. Desde entonces la cruz se ha convertido en el símbolo de la Redención y es uno de los elementos básicos de los actos solemnes cristianos. Sin embargo, la cruz era conocida y usada como símbolo entre diversos pueblos precristianos.
Los romanos utilizaban como instrumento de tortura y símbolo religioso la cruz griega, cuyos cuatro brazos eran exactamente iguales, y la latina, similar ala empleada para crucificar a Cristo. Después de su muerte los cristianos comenzaron a venerar la cruz.
Se dice que el emperador Constantino, en vísperas de una batalla decisiva, tuvo la visión de una gigantesca cruz con las palabras In hoc signo vinces (“Con este signo vencerá”).
En la edad media culminó el empleo simbólico de la cruz, que en catedrales de las grandes ciudades y en las tumbas de pontífices y emperadores llego a alcanzar expresiones de gran belleza. Las cruces utilizadas en los primeros siglos cristianos carecían de la imagen de Cristo, pero a mediados del siglo V apareció sobre la puerta de la basílica de Santa María, en Roma, una cruz que contenía la imagen de Cristo, este símbolo recibió el nombre de crucifijo.

Los monogramas

El desarrollo de la escritura occidental había progresado en la Antigua Grecia hasta la simplificación última de los signos fonéticos. Para cada consonante y para cada vocal se había hallado ahora un signo individual específico, de modo que mediante su reunión se podía reproducir toda palabra o frase.

El monograma llego al mismo tiempo que los signos fonéticos. Los monogramas se emplearon en el ordenamiento de palabras en forma de sello y aparece siempre en relación con abreviaturas del nombre, marca o firma.
Los crismones o monogramas de Cristo, eran sustituciones abstractas de la figura divina propuesta. La variedad de nombres de Cristo en griego y latín dieron lugar con el paso de los siglos a incontables conjunciones de letras. Las más de las veces estas combinaciones se presentaban conjuntamente con la cruz.

El crismón

El crismón es la representación del monograma de Cristo XP. Consiste en las letras griegas Χ (ji) y Ρ (ro), abreviatura de XP (ΙΣΤΟΣ), Cristo, superpuestas. Según otras versiones, la letra Ρ (ro) se sustituye por la letra Τ (tau) o por una pequeña cruz latina. El crismón puede completarse añadiendo otros elementos como las letras alfa (α) y omega (Ω) que representan el principio y fin de todas las cosas.
El monograma de Cristo empezó a aparecer en las monedas romanas después del Edicto de Milán (313) con el que Constantino establecía la libertad de culto para los cristianos.
No se sabe exactamente el momento y las razones que tuvo el emperador Constantino para crear el Crismón. Según en la Vida de Constantino, el motivo fue una visión que tuvo antes de una batalla, consistente en el signo del crismón en el cielo junto con el lema “In Hoc Signo vinces” (con este signo vencerás, abreviado IHS, también referido a él como «Iesus Hominum Salvator», Jesús Salvador de los Hombres).
Los primitivos crismones sufrieron la influencia de los signos de las corrientes místicas anteriores y contemporáneas al nacimiento de la Iglesia Cristiana.

Ichtus

El Ichtus o ichthys (ΙΧΘΥΣ) es un símbolo cristiano que consiste en dos arcos que se intersecan de forma que parece el perfil de un pez, y que fue empleado por los primeros cristianos como un símbolo secreto, cuando una persona dibujaba unas líneas rectas y curvas en la arena al azar, de las cuales una de ellas era un medio ichtus. Si la otra persona completaba el dibujo del ichtus, los dos sabrían que ambos eran cristianos. Antes del Edicto de Milán realizado por el emperador romano Constantino I el Grande en el cual permitía la libertad de culto, los cristianos no podían profesar su religión; ya que corrían el riesgo de ser ejecutados.
La palabra ichtus en el idioma griego significa pez, pero también es un acrónimo que proviene de las iníciales de "ΙΗΣΟΥΣ ΧΡΙΣΤΟΣ ΘΕΟΥ ΥΙΟΣ ΣΩΤΗΡ" (Iēsoûs Christós Theoû hYiós Sōtér), que significa "Jesucristo, Hijo de Dios, Redentor".

Bibliografía

· Acaso, María. “El lenguaje Visual”. Ediciones Paidós Ibérica, S.A., primera edición. España 2006.
· Frutiger, Adrian. “Signos, símbolos, marcas, señales”. Ediciones G. Gili, SA de CV, sexta edición 1999.
· Enciclopedia Encarta 2007

Sitios web consultados:
· http://www.wikipedia.com/
· www.conelpapa.com
· www.historiaarte.net